La ratificación de los Convenios 155 y 187 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es hoy más relevante que nunca en el contexto de una transformación tecnológica acelerada, porque ofrecen una hoja de ruta clara para institucionalizar una cultura de la seguridad y salud en el trabajo (SST), sostuvo el director de la Oficina de la OIT para los Países Andinos, Ítalo Cardona Monterroza.
En declaraciones al Diario Oficial El Peruano, explicó que el Convenio 155 establece los principios básicos para una política nacional de SST basada en la prevención, con responsabilidades claras del Estado, los empleadores y los trabajadores.
“El Convenio 187 refuerza ese marco con un enfoque de mejora continua, promueve el desarrollo de sistemas nacionales de SST y alienta la participación activa de todas las partes involucradas”, aseguró.
Reportes
En el caso del Perú, refirió, donde en el 2024 se reportaron más de 37,000 accidentes laborales, 132 enfermedades ocupacionales y 270 muertes relacionadas con el trabajo, “la ratificación de los Convenios 155 y 187 sería un paso decisivo para consolidar los esfuerzos que ya se realizan en esta materia”.
De esta manera, se fortalecerá el marco normativo, mejorará la coordinación institucional y asegurará una respuesta efectiva ante riesgos tanto tradicionales como emergentes, subrayó.
El director de la Oficina de la OIT para los Países Andinos resaltó que “la ratificación enviaría un mensaje claro del compromiso del país con una cultura de prevención de riesgos laborales sin dejar a nadie atrás”.
“Más que una obligación normativa, es una oportunidad para seguir avanzando, mediante el diálogo social, hacia un futuro del trabajo que proteja la vida y la integridad de quienes lo sostienen”, enfatizó.
En el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que se conmemora el 28 de abril, Cardona reflexionó también sobre el impacto de la digitalización y la inteligencia artificial (IA) en la SST.
“La digitalización está transformando profundamente la manera como vivimos y como nos relacionamos. Esta transformación alcanza, por supuesto, la forma en que se entiende y gestiona la seguridad y salud en el trabajo”, expresó.
Automatización
El funcionario internacional manifestó que la automatización, la robótica y la inteligencia artificial generativa, así como la expansión del trabajo remoto y el uso de las plataformas digitales, están redefiniendo no solo los espacios físicos, sino también la organización misma del trabajo.
Según estimaciones de la OIT, la automatización podría afectar cerca de 75 millones de empleos en todo el mundo, mientras que la inteligencia artificial podría potenciar el trabajo de más de 400 millones de personas, detalló.
“La seguridad y salud en el trabajo no está al margen de esta transformación: es crucial que los países adapten sus sistemas de gestión y prevención a realidades laborales cada vez más dinámicas, complejas e innovadoras”, recalcó.
Sin duda, reveló, hay riesgos tradicionales que desaparecen, pero emergen otros vinculados con estas tecnologías y se profundizan brechas preexistentes: quienes no tienen acceso a la tecnología o carecen de habilidades digitales pueden quedar expuestos a nuevas vulnerabilidades. “Por eso, es urgente que los marcos de política pública y los sistemas nacionales de SST se adapten a estos cambios”, aseveró.
“Por un lado, estas innovaciones traen consigo oportunidades que hay que saber aprovechar. Por ejemplo, en muchos sectores, la automatización y la robótica están ayudando a reducir la exposición directa a riesgos físicos, químicos o ergonómicos. Permiten que tareas de alto riesgo –como el manejo de materiales peligrosos, el trabajo en altura o en condiciones extremas– se puedan realizar con máquinas o con supervisión remota”, explicó.
Además, dijo, muchas de estas tecnologías posibilitan monitorear condiciones del entorno en tiempo real, lo que facilita la detección temprana y la prevención de riesgos.
“En el Perú, estas tecnologías representan una oportunidad concreta para seguir avanzando hacia entornos de trabajo más seguros y fortalecer la prevención, siempre que su implementación esté acompañada de un adecuado marco normativo, formación, participación de trabajadores y empleadores, y diálogo social”, sostuvo.
Brechas
Por otro lado, alertó, así como estas tecnologías aportan a la prevención y protección, si no se diseñan e implementan con un enfoque centrado en las personas, pueden generar nuevos riesgos o ampliar las brechas existentes. “Por ejemplo, existen riesgos físicos asociados a fallas mecánicas, errores de programación o una interacción insegura entre personas y la inteligencia artificial o la robótica”, agregó.
Cardona sostuvo que los impactos más complejos suelen estar en el plano psicosocial. La presión para mantener el ritmo de las máquinas, el trabajo hipervigilado y el temor a ser reemplazado pueden aumentar los niveles de estrés o ansiedad, o causar un burnout (desgaste profesional). También hay riesgos ergonómicos vinculados al uso prolongado de pantallas, remarcó.
“En un país como el Perú, donde muchas pequeñas y medianas empresas están iniciando procesos de digitalización, a veces sin contar con especialistas en SST, es fundamental que los cambios tecnológicos estén acompañados por evaluaciones de riesgo, capacitaciones específicas y, sobre todo, con la participación de empleadores y trabajadores. De lo contrario, podríamos estar reemplazando un tipo de peligro por otro menos visible, pero igual o más dañino”, advirtió.
Estrategia
Ítalo Cardona afirmó que la OIT cuenta con una estrategia integral para acompañar a los Estados miembros en la transición digital del trabajo, sin comprometer los derechos fundamentales, incluida la seguridad y salud.
“La OIT propone un enfoque sistémico con líneas de acción que promueven la integración de la seguridad y salud en las políticas de digitalización y la actualización de los marcos regulatorios, asegurando su cumplimiento mediante la inspección de trabajo”, precisó.
Es necesario, dijo, fortalecer la evaluación de riesgos y la definición de medidas preventivas, sobre todo frente a tecnologías emergentes, así como invertir en formación y desarrollo de habilidades, porque un trabajador bien preparado es también más seguro.
“La OIT plantea fomentar la participación de empleadores y trabajadores en todas las etapas del proceso, desde el diseño de tecnologías hasta su implementación”, anotó.
Además, “hay que asegurar que la transformación tecnológica tenga un enfoque centrado en las personas, especialmente en los grupos más vulnerables. El futuro del trabajo se debe construir sobre el bienestar, la salud y seguridad de las personas”.
Fuente: El Peruano
Fecha: 28/04/2025